Un par de veces a todos nos han pasado cosas increíbles... Acontecimientos que a duras penas te los crees tu misma; Bueno, ayer supongo que fue mi día.
Un gran camión de la Cruz Roja se estacionó frente a mi casa. Invitaba a todos a subirse a la unidad móvil de donación de sangre y colaborar con su causa (Sé lo difícil que es suplir la cuota de sangre en los hospitales así que decidí donar un poco de mis anorexicos glóbulos rojos). Tuve que pedirle la firma y autorización a mi papá (Con quien por cierto acabo de tener una discusión) pues soy aún menor de edad.
Me sentí tan bien por haber donado sangre pro primera vez que quise llamar a una de mis mejores amigas a contarle.
Cuando llamé a Erika, estaba un poco deprimida por un desamor que tuvo la semana pasada e intenté subirle el ánimo con un poco de psicología barata -Nada del otro mundo-.
Sin embargo fue ella quien me sorprendió a mí sacando mi secreta vida con Ana a la luz. No había contado a nadie, por supuesto, mi secreto. Era algo totalmente oscuro que no merecía ser dicho NUNCA. Pero se me heló la sangre cuando Erika rompió en llanto y me dijo: Yo también pasé por eso muchas veces.
Hoy nos vimos, y hablamos de muchas cosas. Aunque estoy todavía muy insegura sobre muchas cosas de esta confesión llegué a la conclusión de que este tipo de situaciones solo pasan en las novelas, en los libros y una que otra vez a personas aburridas como yo.